NO CRE EN LAS CPMSÍRACIONES
NO CREO EN LAS CONSPIRACIONES…, PERO QUE LAS HAY…LAS HAY
Ricardo Luis Mascheroni - Docente
EL PARTIDO JUDICIAL, LA PERSECUCIÓN DE LOS OPOSITORES Y LAS OPERACIONES POLÍTICAS
Muchos, cuando escuchan hablar del partido judicial y de las
campañas de persecución de dirigentes populares, descreen
de las mismas y dicen que son inventos de los opositores de siempre,
que se victimizan, para tapar las trapisondas cometidas.
Lo mismo, repiten hasta el hartazgo los comunicadores mediáticos
pautadependientes, que trabajan a destajo en beneficio del partido de
gobierno y que lo blindan ante denuncias en su contra.
Para que no crean que estas "operetas" como se decía años
atrás, son un invento local, leamos a Umberto Eco, en su libro
"Número Cero", cuando relata hechos ocurridos a principios de
los 90: "las primeras consecuencias las hemos notado los días
pasados: habrán visto que en las elecciones la Democracia
Cristiana y el Partido Socialista han perdido un montón de
votos, y se ha reforzado la Liga Norte que está cabalgando el
escándalo con su campaña contra los gobiernos romanos.
Llueven arrestos a raudales, los partidos se están desmoronando
poco a poco y hay quien dice que: los americanos ya no necesitan esos
partidos que podían manipular y los han dejado en manos de los
jueces; o que quizá, podríamos aventurar, los jueces
están representando un guión escrito por los servicios
secretos americanos".
Esa persecución, y el descrédito de los dos mayores
partidos políticos italianos, hizo posible el ascenso de Silvio
Berlusconi a las ligas mayores de la política de ese
país, el que según algunas publicaciones era dueño
del Club de Fútbol Milán, controla la mayor red de medios
de comunicación llamada Mediaset, estuvo vinculado a la Logia P
Due, a la mafia calabresa, entre otras actividades, y ser
según la Revista "Fortune" la persona más rica de Italia.
En este proceso se contó con el desempeño estelar del ex
juez Antonio Di Pietro, comisario, y posteriormente diputado, los
servicios de inteligencia y los medios de comunicación. Como
verán ninguna sorpresa, nada nuevo bajo el sol.
No le suena emparentado con algunos personajes y hechos ocurridos en el
país?
No vayan a creer que lo referido quedó circunscripto a la
península itálica, para nada, los malos pero exitosos
ejemplos, cunden rápidamente y se trasladaron a distintos
ámbitos, en particular al cono sur de América.
Para ver cómo funcionaban estas prácticas destituyentes o
de proscripción de dirigentes populares o llamados
despectivamente populistas, primero se probó en Paraguay
provocando la caída del Presidente Lugo, siguió con la
destitución de Dilma Rouseff y el encarcelamiento de Lula
también en Brasil y que alumbró a la presidencia de
Bolsonaro, siguieron con Correa en Ecuador (hoy exilado), con Cristina
Fernández en Argentina y en estos momentos contra Gustavo Petro
en Colombia.
Al igual que los jueces Di Pietro, Moro o Bonadio, bajo el
marquetinero argumento de combatir la corrupción, patrimonio
inescindible de los poderosos adictos a los negociados con el Estado,
lo que se quiere destruir es el estado de derecho y la dinámica
de las fuerzas democráticas, que aunque imperfectas, permiten ir
mejorando derechos y conquistas sociales de los sectores populares,
todo ello convenientemente abonado por una estrategia de
manipulación mediática de toda la sociedad, que si todo
ello no fuera suficiente, preparan pacientemente el turno de la
exclusión represiva y autoritaria.
En décadas pasadas los militares latinoamericanos iban a la
Escuela de las Américas para entrenarse en abortar procesos
populares, hoy viajan al amo del norte, muchos jueces a ponerse en
sintonía con sus cédulas reales, iniciando un nuevo
período de relaciones carnales o mejor dicho descarnadas, con la
misma finalidad y enriquecer aún más a sus mandantes
locales.
Si aún le quedan algunas dudas, me gustaría saber
qué piensa del convite del presidente de la Nación a los
jueces de la Corte Suprema, para compartir una comida con ellos y con
la participación en la misma de los operadores judiciales del
Gobierno, sospechados de hacer alegato de oreja (o presionar) a jueces
en causas de resonancia mediática en los que siempre los
imputados son funcionarios de la gestión anterior.
No le parece que dichos concilios, poco favor hacen a la transparencia
institucional que tanto pregonan y que son un síntoma de
avasallamiento de la independencia de poderes que debe regir en una
república?
No son ajenos tampoco a estas maquinaciones, algunos que se dicen
opositores, quienes por conveniencia o por razones imaginables o
desconocidas, cabalgan en esa dirección, como los
patéticos pero no menos dañinos, cuatro jinetes del
apocalipsis que en un nivel de cinismo e hipocresía pocas veces
vista, superan al elenco gobernante en estas prácticas.
Para colmo, quienes no comparten el modelo, no alcanzan a vertebrar
estrategias comunes que enamoren a amplios sectores sociales, que por
odio, ceguera, desconocimiento o comodidad, siguen en una inercia
peligrosa hacia el abismo y el colapso nacional.
Como diría Mark Twain, este mundo lo dirigen los que
"querían la mayor cantidad de dinero los más
rápido posible, de manera poco honrada en lo posible y
honradamente si no queda más remedio".
Ricardo Luis Mascheroni - Docente